En esta última aventura, Ayla se ha integrado por completo con su nuevo pueblo, el pueblo de los zelandonii al cual pertenece su compañero Jondalar. Ahora se prepara para convertirse en donier, en Zelandoni, o una de las que Sirven a la Madre, esto debido a su adiestramiento como curandera y a su relación con sus amigos “especiales”: tres caballos y un lobo.
Auel echa mano de su gran talento en la descripción para llevarnos de la mano de Ayla en su gira de la Donier a conocer sorprendentes cuevas pintadas, decoradas por artistas de la prehistoria.
En esta novela Auel nos da una explicación prudente sobre la finalidad de las pinturas, ya que solo podemos especular: "Lo más probable era que en realidad nadie conociera el significado de un dibujo salvo su autor, y quizá ni siquiera él. Si algo pintado en las paredes de una cueva inspiraba algún sentimiento, ese sentimiento era el propio significado. Podía depender del estado de ánimo, que era variable, o de lo receptivo que uno estuviera".
“No sé cómo la gente lo hace, y no puedo concebir siquiera la razón por la que lo hace. Creo que su intención es complacer a la Madre, y no me cabe duda de que lo consiguen, y tal vez quieren contar su historia, u otras historias. O quizá la gente pinte por el mero hecho de que es capaz de pintar”.
Resulta interesante acercarnos un poco a la ideología de esos pueblos cromañón a cerca del surgimiento de la vida, en esta última entrega de Los hijos de la tierra, ellos recibirán el don del conocimiento a través de Ayla, este nuevo traerá nuevos cambios y nadie se hace una idea de cuáles son. Sin embargo, el saber que no solo la mujer da la vida sino que también el hombre participa, eso cambiará el mundo tal cual lo conocen y Auel nos deja en suspenso… ¿Habrá un siguiente libro?
“Anunciar que el hombre participa, ese fue su último don:
para iniciarse la nueva vida, él debe hallar satisfacción.
La Madre se siente honrada cuando a la pareja ve yacer,
porque la mujer concibe cuando ambos comparten el placer.
Con los Hijos ya bendecidos, la Madre goza de un descanso merecido”
No me gustaría contarles totalmente la trama, solo puedo decirles que esta saga vale la pena leerla, este último libro ha sido interesante y entretenido, y sin embargo yo me quedo con el primero “El Clan del Oso Cavernario”. Desde el primer momento en que lo leí, me impresiono mucho, pero cada quien tiene su favorito, ese es el mío en su totalidad, aunque la historia entre Ayla y Jondalar contada a partir del segundo tomo “El Valle delos Caballos” te envuelve y te atrapa para siempre porque un amor como el suyo trasciende el tiempo y las fronteras.
Como escribió Auel en este último tomo: “En todo el campamento no había una sola mujer que en el fondo de su corazón no deseara ser amada así, ni había un solo hombre que no deseara conocer a una mujer a quien poder amar tanto. Ya empezaban a circular relatos, relatos que se contarían en torno a las fogatas de los hogares durante años, sobre el amor de Jondalar, tan grande que rescató a Ayla de entre los muertos”.
¿Quién no desea amar y ser amado así?
2. El Valle de los Caballos
3. Los Cazadores de Mamuts
4. Las Llanuras del Tránsito
6. La Tierra de las Cuevas Pintadas
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