El
libro de los libros
(libro-objeto)
El proyecto es lograr a través de este libro-objeto titulado “El libro de los libros”, la posibilidad de acceder a un mayor acercamiento al discurso de lo que son los libros, estructurar este objeto como autónomo y resaltar las características que pudieran convertirlo en un lenguaje visual, olfativo y táctil que hagan consciente el mensaje universal de los libros, no solo como objetos físicos, sino como objetos transmisores de cultura y cognición.
Este libro objeto es una oportunidad de hacer consciente la
finalidad de los libros, como portadores de conocimiento, entretenimiento y
diversión, además de ser un eslabón importante de la esfera del aprendizaje en
la vida del ser humano.
Si como lo cita Gómez[1],
“un libro-objeto no es un mero soporte de
palabras, es más bien una secuencia de espacios desarrollados en cualquier
lenguaje escrito y en cualquier sistema de signos. El lenguaje literario es el
menos empleado en estos libros”, el formato circular tridimensional de una
botella resulta muy favorable para la realización de este libro-objeto, ya que,
mi proyecto además de coincidir con esta definición, no posee ningún lenguaje
literario y se adapta al concepto del ciclo infinito que quiero transmitir como
mensaje.
Consciente de que las medidas, el formato, los colores y los
materiales empleados para la realización del libro-objeto nos proporcionan una
experiencia visual, táctil y hasta olorosa, he elegido los siguientes
materiales para “El libro de los libros”:
una botella de plástico de
forma redonda, la taparrosca, estambre color azul, acrílicos blanco, azul y
negro, naturaleza muerta aromatizada color natural y rojo. Estos materiales le
darán al libro-objeto una forma tridimensional, que se puede tocar, oler, jugar
y en definitiva, manipular.
“El libro de los libros” explica al libro como una bomba que en
cualquier momento puede estallar, pero para encenderla, antes hay que poner una
chispa en la mecha. Esa mecha nos pareciera demasiado larga a veces, sin
embargo nunca lo es y en cambio siempre esta lista a ser activada para provocar
una explosión de conocimiento y sabiduría que la mayoría de las veces también
te ofrece diversión y entretenimiento.
Puedes creer que el libro te oculta su contenido y unas
veces te pareciera un tanto frío y distante, alejado de ti y no le das la
oportunidad de mostrarte lo que esconde con tanta protección. No debes dudar en
buscar esa hebra de sabiduría dentro de él, que siempre es larga e
interminable, hay que localizarla y jalar de ella para extraer todo aquello que
el libro te dice y sólo entonces podrás encontrar que en su interior almacena
grandes conocimientos y cosas maravillosas y cálidas que siempre te harán pasar
hermosos instantes en su compañía.
En el primer instante de ver el libro, puede parecer
demasiado peligroso; la bomba que explota y dudas en encenderlo, como esas
terribles primeras impresiones que marcan el inicio de algo. Sin embargo nunca
hay que quedarse al margen del libro, hay que atreverse a acercarnos y
encenderlo para disfrutar de su infinita sapiencia y compañía, como un amigo al
cual confiarnos.
Este libro-objeto tiene una nubosidad que bloquea la visión
hacia su interior, ocultando su contenido, funcionando cual obstáculo que
impide el acceso. Por esto debemos buscar y encontrar el hilo, esa hebra de
cognición y sabiduría, jalar de ella poco a poco para entrar en el rol del
aprendizaje y apropiarse de esos conocimientos y experiencias que no están
exentos de recreación y esparcimiento.
Esa nubosidad que forma una barrera entre el interior y el exterior, semeja
las volutas del cerebro, si bien no están definidas tal cual en la realidad,
solo es un acercamiento imaginario ya que un libro es como un cerebro que
guarda información variada, pero que no sustituye al cerebro humano, solo
comparte esa función, la de almacenamiento de datos.
Al ser el conocimiento y la sabiduría infinitos, podemos representarlos por
un círculo, que sin importar su tamaño, grande o pequeño siempre simboliza un
ciclo. Los libros guardan entre sus páginas, la sapiencia, la cognición y la
experiencia del ser humano, es por esto que podemos tomar al círculo o en este
caso a la esfera por ser tridimensional como representativo de este ciclo. De
esta forma, “El libro de los libros” que es un libro-objeto, toma la forma de
una botella esférica que significa la circularidad del ciclo, lo infinito, lo
que se renueva; el saber.
Esta esfera también representa la circularidad de la amistad sincera, que nunca sabemos dónde inicia, simplemente se da y jamás se extingue. Siendo así, podemos tomar a los libros como amigos cordiales e incondicionales.
Este libro-objeto aborda a los libros desde un ámbito distinto al
cotidiano, en donde se combinan varios elementos visuales, táctiles y olfativos
que descontextualizados y re-contextualizados, ofrecen al lector-espectador nuevas
alternativas que potencian la comunicación y la idea general que se tiene de
los libros, ya que en la actualidad el concepto
del libro ha ido modificándose al paso del tiempo, con la tecnología y los
nuevos estilos de vida.
“El libro de los libros” no tiene la posibilidad de ser hojeado, por lo que no
transmite ningún mensaje escrito, más bien potencia la imagen tridimensional,
que visto como objeto independiente
en el espacio ofrece una nueva alternativa de comunicación e interpretación.
Addy Molina
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