Hoy he terminado de leer El Mono
Gramático de Octavio Paz.
“La
poesía nos alimenta y nos aniquila, nos da la palabra y nos condena al silencio”―Octavio
Paz.
El
punto de partida de El mono gramático es una visión hacia el lenguaje,
en las capacidades analógicas del mismo frente a la realidad, y se traduce por
distintas dificultades expresivas. Así el texto se nutre de metáfora y
analogías en donde una enramada es la escritura misma.
En
esta obra Paz describe un paisaje, un camino que lleva a sí mismo; sin un
comienzo, sin un final. Un circuito que se encuentra a sí mismo, que va y
regresa, en donde el camino de Galta puede ser cualquier sitio, cualquier
persona o cosa y sin embargo cada uno de estos escenarios se traduce en un redescubrimiento
del lenguaje y la poesía, en un camino que es escritura.
Este
camino de Galta crea un recorrido conceptual que se entrega en analogías que
van al encuentro de la palabra poética y la relación entre la escritura y la
lectura.
“El
poeta no es el que nombra las cosas, sino el que disuelve sus nombres, el que
describe que las cosas no tienen nombre y que los nombres con que las llamamos
no son suyos” ― Octavio Paz
Con
esa idea sobre el poeta, Paz nos dice que la única forma de disminuir la
distancia entre la naturaleza y el lenguaje es creando poesía.
Una
de las analogías
estructurales de El mono Gramático es
la que corresponde a la imagen de la escritura como camino. Entre sus
personajes se encuentran: Hanuman (divinidad simiesca de la mitología hindú
relacionado con la gramática), el poeta, Esplendor (la presencia femenina, un
poema que se vuelve un cuerpo desnudo) y la Poesía.
La
poesía es la revelación del amor. Es evidente la carga erótica y el desborde de
sensualidad y franca sexualidad contenida en esta narración, nos muestra de manera
metafórica la relación que ve el autor (Octavio Paz) entre el poema y el cuerpo
femenino. No hay forma de acceder al poema sino es por la descomposición del
lenguaje. Asimismo no hay forma de acceder al cuerpo si no es por la exploración
de sus partes.
Hay
un personaje que en particular llama mi atención, es un niño deforme con un
hueco en la mejilla que provoca que su forma de hablar sea incomprensible ya
que a través de ese orificio genera silbidos, lo cual no es una desventaja, ya
que a partir de esta situación, el niño es un poeta que deforma el lenguaje
para crear uno nuevo; el lenguaje poético.
“Hablaba
sin parar. Aunque subrayaba con las manos y los gestos su imperioso deseo de
ser escuchado, era imposible comprenderlo porque, cada vez que articulaba una
palabra, el agujero aquel emitía silbidos y resoplidos que desfiguraban su
discurso. Pronto lo vimos rodeado por un grupo que celebraba sus trabalenguas y
travesuras verbales. Descubrimos que su locuacidad no era desinteresada: no era
un mendigo sino un poeta que jugaba con las deformaciones y descomposiciones de
la palabra”
― Octavio Paz
En
fin… esta es solo mi particular mirada de esta lectura tan interesante como
todo lo escrito por Octavio Paz, solo me queda decirte que es un libro que vale
la pena leer.
Addy Molina
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